La Internet de las cosas es un tema emergente de importancia técnica, social y económica. En este momento se están combinando productos de consumo, bienes duraderos, automóviles y camiones, componentes industriales y de servicios públicos, sensores y otros objetos de uso cotidiano con conectividad a Internet y potentes capacidades de análisis de datos que prometen transformar el modo en que trabajamos, vivimos y jugamos. Las proyecciones del impacto de la IoT sobre Internet y la economía son impresionantes: hay quienes anticipan que en el año 2025 habrá hasta cien mil millones de dispositivos conectados a la IoT y que su impacto será de US$ 11.000.000.000.000.
Por lo general, el término Internet de las Cosas se refiere a escenarios en los que la conectividad de red y la capacidad de cómputo se extienden a objetos, sensores y artículos de uso diario que habitualmente no se consideran computadoras, permitiendo que estos dispositivos generen, intercambien y consuman datos con una mínima intervención humana. Sin embargo, no existe ninguna definición única y universal
La conectividad en Red que actualmente tenemos los dispositivos, las máquinas y los seres humanos dentro de una planta de producción ha sido impulsada en los últimos años para estar a la vanguardia, tanto que hoy para nosotros pudiera resultar algo no tan novedoso.
En nuestras vidas cotidianas hemos visto cómo las Tablets, las Computadoras, los Dispositivos Móviles, y otro tipo de artefactos, han recolectado gran cantidad de información sobre nuestras actividades, gustos e intereses. La conectividad ha alcanzado grandes escalas, tanto que ha llegado ya a los ámbitos de la Automatización Industrial creando los conceptos Industria 4.0 o Industria IIoT.
Con grandes cantidades de información la necesidad emergente ahora es hacer un análisis adecuado. Un análisis que permita mejorar la productividad, la eficiencia, y hasta la rentabilidad dentro de una planta de producción. Aquí es donde los sensores tienen su importante participación, con su correcta implementación se han logrado generar terabytes de información relacionada al monitoreo de los procesos industriales.
Ejemplo del uso de los Sensores en la industria 4.0.
Las válvulas modernas que utilizan sensores de monitoreo permiten identificar su estado de operación y funcionamiento óptimo en una celda de manufactura generando parámetros de supervisión. A través de la conexión a la Red estos datos se pueden extraer y almacenar, generando información valiosa para la fábrica, como el periodo de mantenimiento preventivo o la inspección de su eficiencia.
Comunicaciones ‘dispositivo a dispositivo’
El modelo de comunicación dispositivo a dispositivo representa dos o más dispositivos que se conectan y se comunican directamente entre sí y no a través de un servidor de aplicaciones intermediario. Estos dispositivos se comunican sobre muchos tipos de redes, entre ellas las redes IP o la Internet. Sin embargo, para establecer comunicaciones directas de dispositivo a dispositivo, muchas veces se utilizan protocolos como Bluetooth,40 Z-Wave41 o ZigBee42 , como se muestra en la Figura 1. Estas redes dispositivo a dispositivo permiten que los dispositivos que, para comunicarse e intercambiar mensajes, se adhieren a un determinado protocolo de comunicación logren su función. Por lo general, este modelo de comunicación se utiliza en aplicaciones como sistemas de automatización del hogar, que habitualmente utilizan pequeños paquetes de datos para la comunicación entre dispositivos con requisitos relativamente bajos en términos de la tasa de transmisión. Los dispositivos para la IoT residenciales —bombillas de luz, interruptores, termostatos y cerraduras— normalmente se envían pequeñas cantidades de información (por ejemplo, un mensaje del estado de bloqueo de una puerta o un comando para encender una luz) en un escenario de automatización del hogar. Este enfoque de comunicación dispositivo a dispositivo ilustra muchos de los desafíos de interoperabilidad que se discuten más adelante en este trabajo. Según lo describe un artículo del IETF Journal, “muchas veces estos dispositivos se relacionan en forma directa, en general tienen [mecanismos de] seguridad y confianza integrados; además, utilizan modelos de datos específicos para cada dispositivo que requieren esfuerzos de desarrollo redundantes [por parte los fabricantes de dispositivos]”.43 Esto significa que los fabricantes deben invertir en desarrollar la forma de implementar formatos de datos específicos de diferentes dispositivos antes que métodos abiertos que permitan el uso de formatos de datos estándares. Desde el punto de vista de los usuarios, esto significa que los protocolos de comunicación dispositivo a dispositivo subyacentes no son compatibles, lo que los obliga a seleccionar una familia de dispositivos que emplean un protocolo común. Por ejemplo, la familia de dispositivos que utilizan el protocolo Z-Wave no es compatible de forma nativa con la familia de dispositivos ZigBee. Si bien estas incompatibilidades limitan a capacidad de elección de los usuarios a los dispositivos de una determinada familia de protocolos, los usuarios también saben que los productos de una familia determinada tienden a comunicarse bien.

Comunicaciones ‘dispositivo a la nube’
En un modelo de comunicación de dispositivo a la nube, el dispositivo de la IoT se conecta directamente a un servicio en la nube, como por ejemplo un proveedor de servicios de aplicaciones para intercambiar datos y controlar el tráfico de mensajes. Este enfoque suele aprovechar los mecanismos de comunicación existentes (por ejemplo, las conexiones Wi-Fi o Ethernet cableadas tradicionales) para establecer una conexión entre el dispositivo y la red IP, que luego se conecta con el servicio en la nube. Esto se ilustra en la Figura 2. Este modelo de comunicación es empleado por algunos dispositivos electrónicos de consumo para la IoT, entre ellos el Learning Thermostat44 de Nest Labs y el SmartTV de Samsung.45 En el caso del Learning Thermostat, el dispositivo transmite los datos a una base de datos en la nube donde se pueden usar para analizar el consumo de energía en el hogar. Además, esta conexión a la nube permite que el usuario acceda a su termostato en forma remota, a través de un teléfono inteligente o una interfaz web, y también soporta las actualizaciones del software del termostato. Algo similar ocurre con la tecnología SmartTV de Samsung — el televisor utiliza una conexión a Internet para transmitir información a Samsung para su análisis y para activar las funciones interactivas de reconocimiento de voz de la televisión. En estos casos, el modelo dispositivo a la nube agrega valor para el usuario final, ya que amplía las capacidades del dispositivo más allá de sus características nativas. No obstante, al intentar integrar dispositivos de diferentes fabricantes pueden surgir problemas de interoperabilidad. Muchas veces el dispositivo y el servicio en la nube son del mismo proveedor de tecnología.46 Si entre el dispositivo y el servicio en la nube se utilizan protocolos de datos propietarios, el dueño del dispositivo o el usuario podrían quedar atados a un servicio en la nube específico, lo que limitaría o impediría el uso de proveedores de servicios alternativos. Esto generalmente se conoce como “dependencia de un proveedor’’ (vendor lockin), un término que abarca otras facetas de la relación con el proveedor, como por ejemplo la propiedad y el acceso a los datos. A la vez, los usuarios generalmente pueden confiar en que los dispositivos diseñados para su plataforma específica se podrán integrar.

Fuente: LA INTERNET DE LAS COSAS— UNA BREVE RESEÑA OCTUBRE DE 2015